Mitología

PROMETEO

Prometeo era uno de los Titanes a los que Cronos había solicitado ayuda cuando Zeus se rebeló contra él. Como no le ayudó, Zeus no le castigó.

Un día que los hombres estaban celebrando un sacrificio en honor a Zeus, Prometeo les propuso que sería más justo que ellos se quedaran con alguna parte. El titán comenzó a urdir un engaño: partieron al toro del sacrificio en cuatro partes: los huesos bajo un manto de grasa, y al lado, la carne debajo de las vísceras. Le ofrecieron la parte que quisiera elegir el propio dios, y Zeus eligió la parte de grasa por su aspecto suculento, ignorando que estaba rellena de huesos. Cuando se dio cuenta del engaño, los castigó quitándoles el fuego.

El titán no se rindió, y volvió a engañar al dios de la siguiente manera: para poder robar el fuego que se hallaba en la residencia de los dioses,  sedujo a una de las Gracias y así pudo entrar en la fortaleza del Olimpo. Antes de que amaneciera, Prometeo se dirigió al establo donde Helios, el Sol, preparaba los caballos que llevaban la luz al universo. El titán entretuvo a Helios hablando, y en un despiste de éste, robó uno de sus rayos. Así devolvió el fuego a la humanidad.

Zeus vio el nuevo engaño de Prometeo e ingenió una venganza a largo plazo: Hefesto, dios del fuego, modeló en arcilla a la más perfecta de las mujeres, por orden de Zeus. Todas las diosas la colmaron de las mayores gracias y así surgió Pandora, que iba acompañada de un cofrecito regalo de todos los dioses. Zeus se la ofreció a Prometeo como pago por antiguos favores, pero Prometeo, que no esperaba nada bueno que proviniera de Zeus, se la llevó a su hermano Epimeteo. A éste le encantó Pandora y se casó con ella. Cuando ya no pudo contener la curiosidad por ver lo que tenía el cofre, mandó que su mujer lo abriera y en ese momento empezaron a salir todas las cosas buenas del mundo, que se evaporaron, y a extenderse innumerables miserias. Sólo pudo salvar la Esperanza.

El castigo final que Zeus infringió a Prometeo fue el siguiente: lo encadenó a unos peñascos del Cáucaso y mandó que un águila se abatiera sobre el vientre de Prometeo cada mañana y le arrancase el hígado con el pico. Durante la noche se regeneraba el órgano perdido y a la mañana siguiente volvía el martirio de nuevo.

Al resto de la humanidad la castigó por sus maldades con un diluvio, del que solo se salvaron el hijo de Prometeo, Deucalión, casado con su prima Pirra, hija de Pandora y Epimeteo. Zeus dio una nueva oportunidad para mejorar a los hombres por medio de esta pareja: a partir de Deucalión y Pirra, fueron surgiendo los hombres de la Edad de Bronce 

 

PERSEO

Dánae era hija del rey de Argos. A este rey le habían vaticinado que algún día tendría un nieto que le quitaría la vida. Para impedir que su única hija cumpliera esta predicción, la encerró en una torre, pero el todopoderoso Zeus pudo llegar hasta ella y, transformado en lluvia de oro, la poseyó. Dánae quedó embarazada y cuando dio a luz, el rey de Argos ordenó que fueran abandonados a su suerte en una barca. De esta forma llegaron a la isla de Sérifos, donde Dánae y su hijo Perseo fueron acogidos.

Con el paso del tiempo, el rey de la isla, Polidectes se enamoró de Dánae, pero ella le rechazaba. Para librarse de la protección de Perseo, el rey pidió regalos a todos los hombres de su corte para entregárselos a su futura esposa. Como Perseo no tenía nada que ofrecerle, se brindó para traerle de otras tierras algún objeto valioso. Polidectes pidió la cabeza de Medusa, que convertía en piedra a quien la mirara.

Zeus envió ayuda a su hijo por medio de Hermes, el mensajero alado de los dioses, quien lo condujo hasta el monte Atlas, donde consiguió los tres objetos mágicos que necesitaba de las tres hermanas Grayas: una sandalias aladas, un casco que lo hacía invisible y un zurrón mágico. De esta manera acabó con Medusa, cortándole la cabeza y metiéndola en el zurrón, sirviéndose también para ello de un escudo bruñido que le había regalado Atenea.

De vuelta a casa liberó a una joven, Andrómeda, del lugar donde iba a ser entregada en sacrificio al dios del mar.

Cuando llegó al palacio se encontró con Polidectes, que no dejaba de acosar a Dánae. Perseo sobrevoló el palacio y desde lo alto dejó caer la cabeza de Medusa a los pies de Polidectes, que de inmediato se transformó en piedra.

El padre de Dánae no pudo escapar a su destino: durante unos campeonatos en Olimpia, y pese a que se encontraba oculto entre el público, un disco que había lanzado Perseo fue desviado por el viento y le alcanzó en la cabeza, quitándole la vida.

Perseo y Andrómeda reinaron durante largos años en Argos. 

 

LOS ARGONAUTAS

1. El hombre con una sola sandalia

Pelías era rey de Yolcos, después de haber destronado a su hermanastro. Un oráculo había anunciado que un miembro de su familia le daría muerte, así que procuraba librarse de todos sus familiare. Fue por esto por lo que su cuñada fingió dar a luz a un niño muerto, Jasón,  que fue entregado al centauro Quirón para evitar ser destruido.

Quirón hizo de él un joven fuerte, sabio y bueno. Le explicó que era el verdadero heredero del trono, pero que tenía que acudir ante Pelías con humildad. Así lo hizo, y aunque Pelías reconoció en él a su familiar, no pudo dejar de acogerlo. Jasón se presentó ante él con una sola sandalia, hecho que anunciaba de forma más clara las predicciones del oráculo.

2. La nave Argos

El rey de Yolcos mandó a Jasón a un lugar muy lejano, la Cólquide, para cumplir una difícil tarea: dar sepultura digna a Frixo, un antepasado que murió en ese lejano lugar, y conseguir el vellocino de oro que los dioses le habían entregado. Jasón comenzó el encargo mandando construir una nave sólida, la Argos. En ella reunió a un grupo nutrido de hombres valientes, hijos de grandes dioses y héroes de múltiples hazañas.

3. El viaje a la Cólquide

Los Argonautas se dirigieron primero a la isla de Lemnos, donde les esperaba una sorpresa: la isla estaba habitada solo por mujeres, que se habían deshecho de sus maridos porque éstos se habían buscado mujeres en otras tierras.

Las lemnias acogieron con agrado a los nuevos huéspedes: les brindaron un banquete suculento  y tres días con cuatro noches de placer. Hércules tuvo que ir sacando por la fuerza a los Argonautas uno por uno del lecho de sus amantes para poder proseguir su viaje.

Durante el viaje competían para demostrar su fuerza. Tras pasar con dificultades el Helesponto, llegaron hasta el Mar Negro.

4. El vellocino de oro.

Jasón se presentó ante el rey Eetes para solicitar primero el cadáver de Frixo y darle un entierro digno. El rey lo permitió. Pero cuando Jasón pidió el vellocino de oro, se negó porque la piel del carnero era el símbolo de su pueblo y no lo quería entregar.

La hija del rey Eetes, Medea, se enamoró de Jasón y le ayudó a conseguir el vellocino de oro, logrando que el héroe unciera los toros de Hefesto al arado sin ser devorado por el fuego. También le ayudó a descolgar la piel del carnero de un sauce custodiado por un dragón.

5. La muerte de Pelías

Los extranjeros partieron a su tierra, llevando a Medea con ellos. El rey Eetes los persiguió pensando rescatar a su hija. Todos quedaron espantados cuando Medea cogió a su hermano de dos años, le dio un fuerte golpe, lo troceó y echó uno a uno los pedazos al mar. Los perseguidores fueron recogiendo los trozos del niño asesinado para darle digna sepultura y de esta forma Jasón y sus navegantes volvieron a casa.

Medea asesina con sus argucias a Pelías, haciéndole creer que iba a rejuvenecer si se dejaba cocer en una poción mágica.

6. Medea

Jasón, coronado rey de Yolcos, no lograba acostumbrarse a la vida sedentaria y a la brutalidad de Medea. Decide buscarse una nueva esposa. Cuando llega el día de la boda, Medea asesina con los artes malignas a la nueva mujer de Jasón y a sus hijos.

Jasón pasó el resto de sus días retirado y olvidado por todos.

 

HÉRCULES

 1. Anfitrión

Alcmena y su esposo Anfitrión son acogidos por Creonte, rey de Tebas. Zeus se enamora de Alcmena y adopta el aspecto de Anfitrión para seducirla. Alcmena es fecundada por el dios y por su marido, concibiendo gemelos: un hijo es de su marido y otro, Hércules, de Zeus.

 2. Hércules, loco.

La esposa de Zeus, enloquecida al descubrir una nueva infidelidad de su marido,  mandó unas serpientes a la cuna de los gemelos. Hércules las estranguló. Zeus pone a Hércules a mamar del pecho de Hera, y cuando ésta se da cuenta, maldice a Hércules.

Pasan los años y Hércules se casa con Megara y tienen tres hijos. Presa de una locura instigada por Hera, no reconoce a su familia y le da muerte, recobrando la cordura tras el atroz asesinato.

 3. Los doce trabajos.

Para expiar sus crímenes y calmar su dolor, acude como criado a un protegido de Hera, Euristeo, para realizar todos los trabajos que éste solicite. Comienzan aquí los doce trabajos de Hércules: se enfrentó al león de Nemea. Se batió  con la Hidra de Lerna. Cazó a la cierva de Cerinia, al jabalí de Erimanto. Limpió los establos de Augías. Mató a las grullas carnívoras del lago Estínfalo y otros trabajos.

 4. Atlante, Prometeo y Cerbero.

Hércules liberó a Prometeo de su persecución y éste le indicó dónde estaba el jardín de las Hespérides. El titán Atlas fue el que cogió para él las manzanas, ocupando Hércules su lugar cuando cargó sobre sus hombros la bola del mundo.

El último de los trabajos consistió en capturar a Cerbero, conducirlo ante Euristeo y devolverlo al Hades de nuevo. Hecho esto, expió sus delitos ante Hera.

5. La muerte de Hércules.

Hércules se casa con Deyanira. Cuando ésta nota que Hércules comienza a serle infiel con Yole, teje un manto especial con un tejido que le dio el centauro y se lo da a su marido. Hércules se ahogaba con él y pidió que le matasen para acabar sus con su dolor. Su padre Zeus lo condujo al Olimpo de los dioses

 

TESEO Y EL MINOTAURO

Minos era el rey de la isla de Creta. Cada año le ofrecían a Poseidón un toro para que los protegiera. Un año, Minos dejó de ofrecer el toro porque le pareció muy bello y se lo quedó para él. Poseidón, enfadado, castigó al rey haciendo que su mujer Pasífae se enamorase de la bestia. Consigue, con la ayuda de Dédalo, sus propósitos con el toro y se queda embarazada. Da a luz a un ser con el cuerpo de persona pero con cabeza de toro

El rey Minos encierra a esta criatura, llamada Minotauro, en un laberinto para que nadie lo viera.

Dédalo era un gran ingeniero al que le encargaron la construcción del laberinto de Creta para el Minotauro. Minos se aseguró de mantener el secreto del laberinto encerrando en él a Dédalo y a su hijo Ícaro. Sin embargo, Dédalo ideó un artificio para salir volando: unió unas alas con cera y salió volando con su hijo. Ícaro se acercó demasiado al sol, se le derritió la cera de las alas y cayó al mar, donde murió.

El inventor tuvo que huir a Sicilia. Allí lo encontró el rey Minos, que murió abrasado con un invento que Dédalo construyó para salvar su propia vida.

Teseo, hijo de Poseidón, pretende matar al Minotauro, al que tenían que ofrecerle carne humana para poderlo apaciguar. Ariadna, hija de Minos, se enamora de Teseo y pasa con él la noche. Disfrazado de mujer, entra al laberinto, pero Ariadna le da un ovillo y logra salir del laberinto una vez que ha matado al Minotauro. Los dos amantes se fugan.